Gremios industriales alertan por un posible "industricidio" y convocan a un gran frente productivo

La Confederación de Sindicatos Industriales de la República Argentina (CSIRA), encabezada por Ricardo Pignanelli (SMATA), lanzó una advertencia contundente tras su último congreso: la industria argentina atraviesa un escenario de desindustrialización inducida, con caída del empleo, cierre de fábricas y debilitamiento estructural del aparato productivo. Desde la entidad sostienen que las decisiones del gobierno de Javier Milei representan una amenaza directa al futuro de la producción nacional.

En un documento difundido este miércoles, CSIRA afirmó que la crisis industrial supera a una simple recesión y replica patrones aplicados en momentos críticos de la historia económica argentina, como la dictadura de Martínez de Hoz, los años de convertibilidad y el ciclo 2016-2019. Según la central gremial, esta orientación deteriora capacidades tecnológicas, destruye mano de obra calificada y profundiza la dependencia externa.

Con datos que alarman al sector, el comunicado destaca que la industria manufacturera acumula una caída promedio del 9,5% entre 2023 y 2025. A esto se suma un derrumbe del empleo industrial registrado, que perdió más de 42.000 puestos de trabajo, y la desaparición de casi 2.000 empresas desde noviembre de 2023. En el universo informal, el retroceso supera los 125.000 empleos.

Los gremios remarcan que mientras actividades como las finanzas y la energía muestran cierto nivel de dinamismo, la producción local enfrenta un proceso de parálisis acompañado por un aumento de las importaciones. "Estamos perdiendo no solo fábricas, sino futuro", enfatiza el documento, alertando sobre la destrucción de saberes técnicos, proveedores estratégicos y cadenas de valor que tardaron décadas en consolidarse.

CSIRA cuestionó además la decisión del Gobierno de eliminar la Secretaría de Industria y la Secretaría PYME, interpretándola como un abandono explícito de la política industrial. En contraste, recordaron que países como Estados Unidos, China, la Unión Europea, Brasil y México fortalecen el rol estatal para proteger sectores estratégicos y promover la innovación.

El gremialismo industrial también criticó el reciente acuerdo económico con Estados Unidos, al que calificó como un "contrato de adhesión" que obliga a la Argentina a reducir aranceles y ceder ventajas clave, sin obtener contrapartidas beneficiosas. Para CSIRA, estos compromisos "profundizan la dependencia" y limitan la capacidad del país para impulsar su propio desarrollo.

Frente a este panorama, la conducción gremial realizó un llamado a conformar un Congreso de la Producción, el Trabajo y la Calidad de Vida, un espacio amplio que incluya a trabajadores, empresarios, pymes, universidades, científicos, estudiantes y gobiernos locales. El objetivo: construir una estrategia común para defender el empleo, la producción y la soberanía económica.

"El mensaje es claro: No al industricidio. Sí a una Argentina productiva, federal e inclusiva", concluye el texto, reafirmando que sin industria no hay desarrollo posible ni justicia social.