05/12/2025
El sector aceitero atraviesa un conflicto de alta intensidad luego de que las grandes compañías del rubro dejaran vacía la audiencia convocada por la Secretaría de Trabajo para avanzar en la negociación colectiva con la Asociación de Supervisores y Técnicos de la Industria Aceitera y del Biodiesel (ASIABRA). La cita, realizada de manera virtual, contó únicamente con la presencia de Buyatti SAICA, mientras que firmas como Aceitera General Deheza, Molinos, Viterra, Louis Dreyfus, Cargill y la cámara CIARA optaron por no participar pese a estar debidamente notificadas.
La ausencia masiva fue interpretada por el sindicato como una "práctica desleal" amparada en el artículo 53 de la Ley de Asociaciones Sindicales, y como un nuevo capítulo de lo que definieron como un "piquete empresarial" destinado a desconocer la representación gremial recientemente reconocida.
Durante la audiencia, los funcionarios remarcaron la actitud de Buyatti, única empresa que manifestó voluntad de diálogo. Frente a ello, ASIABRA reiteró su denuncia y exigió que se apliquen los apercibimientos legales correspondientes a las compañías que ignoraron la convocatoria.
Para el gremio, el comportamiento corporativo es parte de una estrategia sostenida: antes de la personería gremial argumentaban razones jurídicas para no negociar; ahora, con ese obstáculo superado, directamente evitan sentarse en la mesa paritaria. Según la organización, se trata de un intento deliberado de frustrar acuerdos salariales y demorarlos indefinidamente.
ASIABRA anunció que iniciará acciones judiciales por práctica desleal y que denunciará la situación ante organismos internacionales del trabajo. Además, advirtió que reclamará ajustes individuales para trabajadores afectados por políticas que mantuvieron sus salarios "fuera de convenio" durante años.
En un mensaje interno, la conducción sindical llamó a mantenerse en estado de alerta y señaló: "Los trabajadores contamos con la herramienta más genuina del movimiento obrero: la huelga". La advertencia refleja el clima creciente de conflicto y la posibilidad de medidas de fuerza inminentes.
El episodio dejó expuesto un doble estándar empresarial: mientras las compañías proyectan un discurso de ética corporativa y compromiso global, en la práctica incumplen obligaciones básicas de la legislación laboral argentina. La conducta ya generó malestar dentro del sector y podría derivar en un serio daño reputacional para las firmas internacionales involucradas.
La negociación continúa bloqueada y el conflicto se agrava. El gremio aguarda que la Justicia defina responsabilidades y que la Secretaría de Trabajo reactive la instancia paritaria para evitar un escenario aún más crítico.
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