Milei decreta la esencialidad de los servicios aéreos en medio del caos por paro en aeroparque

En un movimiento que promete desatar fuertes controversias, el presidente de Argentina, Javier Milei, ha decretado la esencialidad de los servicios aéreos, desafiando las disposiciones internacionales establecidas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La decisión del mandatario se dio a conocer a tan solo unas horas de que los gremios aeronáuticos anunciasen un paro general programado para mañana, lo que se anticipa como el inicio de una intensa disputa entre el gobierno y los sindicatos

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La declaración de esencialidad de los servicios aéreos, que implica la obligación de mantener operativos ciertos servicios básicos incluso durante huelgas o paros, ha sido criticada por sectores laborales que consideran que va en contra de los derechos de los trabajadores a manifestarse y ejercer presión mediante medidas de fuerza. La OIT establece que solo ciertos servicios críticos para la salud o seguridad pública pueden ser declarados esenciales, y los vuelos comerciales regulares no suelen entrar en esa categoría.

De acuerdo con fuentes cercanas a los sindicatos, la medida podría derivar en un conflicto prolongado con el gobierno, ya que los gremios aeronáuticos consideran que la decisión vulnera el derecho a huelga garantizado tanto por la Constitución argentina como por convenios internacionales.

A pesar de la declaración de esencialidad, los gremios han reafirmado su intención de llevar adelante el paro desde ester viernes al mediodia. De no llegarse a una solución, se espera que en las próximas horas las cancelaciones y demoras afecten a miles de pasajeros en todo el país, exacerbando la crisis en un sector ya golpeado por problemas económicos y laborales.

El gobierno, por su parte, justifica el decreto argumentando la importancia del sector aeronáutico para la economía nacional y la necesidad de garantizar la continuidad de los servicios aéreos, especialmente en rutas clave. Sin embargo, la medida ha generado descontento no solo entre los trabajadores, sino también en amplios sectores de la opinión pública que ven la decisión como un ataque a los derechos laborales.

Mañana será un día clave para ver si se intensifica el conflicto o si se abre alguna instancia de diálogo entre el gobierno y los sindicatos para evitar una escalada mayor.