Pymes, en estado crítico: la industria cierra 2025 en rojo y sigue 10% por debajo de 2022

Las estimaciones del organismo proyectan para noviembre una caída interanual del 6% y un retroceso mensual desestacionalizado del 1% frente a octubre, afectado además por la menor cantidad de días hábiles debido a feriados.

Si bien el acumulado anual muestra un crecimiento del 3,1% respecto de 2024, la UIA advierte que ese avance responde casi exclusivamente a la baja base de comparación del año previo. En términos reales, la actividad se ubica 9% por debajo de 2023 y 9,3% inferior a 2022, con niveles similares a los del cuarto trimestre de 2024 y cerca de 10% menores a los de los últimos dos años previos.

Caídas generalizadas y heterogeneidad sectorial

De acuerdo con datos del INDEC citados por la UIA, en octubre la producción industrial cayó 2,9% interanual, con una variación mensual desestacionalizada de -0,8% y una tendencia-ciclo negativa por noveno mes consecutivo. Once de los 16 sectores registraron bajas, con desplomes marcados en textiles (-24%), prendas de vestir, cuero y calzado (-15,1%) y caucho y plástico (-12%).

Los pocos rubros en alza fueron otros equipos de transporte (+11,4%) -impulsados por motos-, refinación de petróleo (+3,2%) y minerales no metálicos (+1,1%). La UIA subraya una heterogeneidad persistente: algunos segmentos reciben el impulso de la cosecha o de Vaca Muerta, mientras la mayoría padece debilidad de la demanda interna y mayor competencia importada.

Los indicadores adelantados de noviembre profundizan el deterioro: despachos de cemento (-7,7%), Índice Construya (-7,1%), producción automotriz (-22,1%), consumo eléctrico de grandes usuarios (-5,8%) y producción de bebidas (-6,9%). Frente a 2022, la construcción acumula caídas superiores al 20%, y varios indicadores clave retroceden entre 10% y 20%.

PyMEs, el eslabón más golpeado

El informe incorpora datos de la Fundación Observatorio PyME y describe un escenario crítico para las pequeñas y medianas empresas: -4,1% en producción y -4,6% en empleo en el tercer trimestre de 2025. Los índices de clima empresario permanecen en zona contractiva (PMI-PyME: 43 puntos; ICE-PyME: 44).

El 81% de las PyMEs reporta presión de costos, el 37% pierde mercado frente a importaciones chinas, y se multiplican los atrasos en pagos y las dificultades financieras. Aunque los bienes de capital crecieron 6,6%, los insumos para la construcción siguen 20-23% por debajo de 2022-2023.

Coincidencia con la alerta sindical

El diagnóstico empresario converge con las advertencias de la Confederación de Sindicatos Industriales de la República Argentina (CSIRA). Su titular, Ricardo Pignanelli, denunció una "desindustrialización inducida" y calificó el rumbo económico del gobierno de Javier Milei como un "industricidio anunciado".

Según la CSIRA, la producción manufacturera cae en promedio 9,5% en 2025 respecto de 2023; cuestiona el RIGI por priorizar actividades extractivas de bajo valor agregado y alerta por la pérdida de más de 42.000 empleos industriales registrados, más de 125.000 informales, y el cierre de casi 2.000 empresas desde noviembre de 2023. También critica el desmantelamiento de áreas estatales de industria y PyME, en contraste con el refuerzo de políticas industriales en EE.UU., Europa, China, Brasil y México.

Un cierre de año vulnerable

Desde la UIA, su presidente Martín Rappallini advirtió que, tras el rebote estadístico de 2024, la industria no logró recomponer niveles previos, y enfrenta desafíos estructurales con impacto especial en PyMEs y sectores expuestos a importaciones.

En paralelo, los gremios impulsan un Congreso de la Producción, Trabajo y Calidad de Vida para articular respuestas entre trabajadores, empresarios, PyMEs, universidades y gobiernos locales. El mensaje es contundente: "Sin producción no hay futuro, sin trabajo no hay justicia social y sin industria no hay soberanía económica".

Con demanda interna debilitada, competencia externa en alza y un entramado PyME asfixiado, la industria argentina cierra 2025 en una posición frágil, sin señales claras de recuperación sostenida en el corto plazo.